La filosofía +Q engloba una visión integradora de la atención sanitaria, donde el farmacéutico colabora estrechamente con otros profesionales de la salud, como médicos y enfermeros, para mejorar los resultados en salud de los pacientes. Esta colaboración interdisciplinaria es esencial para ofrecer una atención más completa y eficaz, abarcando la prevención y educación.

La colaboración efectiva entre farmacéuticos y otros profesionales de la salud enfrenta desafíos, como la percepción limitada del rol del farmacéutico más allá de la dispensación de medicamentos y la falta de comunicación y coordinación entre los distintos profesionales.

Para superar estos obstáculos, proponemos modelos y procedimientos que fomentan la colaboración interprofesional, como la creación de protocolos de colaboración y el uso de tecnologías de comunicación para facilitar la prestación de atención farmacéutica y la coordinación del cuidado del paciente. Estas iniciativas buscan garantizar una atención sanitaria más integrada y centrada en el paciente, aprovechando las competencias y conocimientos específicos de cada profesional para mejorar los resultados en salud.

La colaboración de profesionales sanitarios en acción social se refiere a la participación activa de estos profesionales en iniciativas que buscan mejorar la salud y el bienestar de la comunidad, especialmente de los grupos más vulnerables. Esta colaboración puede tomar diversas formas, desde la prestación de atención sanitaria directa hasta la educación sanitaria y la promoción de la salud.

En este contexto, los profesionales sanitarios pueden colaborar con una variedad de actores, incluyendo otros profesionales de la salud, trabajadores sociales, educadores, líderes comunitarios, y miembros de la comunidad. Esta colaboración interprofesional es esencial para proporcionar una atención sanitaria integral y efectiva, y requiere una comunicación y coordinación efectivas, así como un compromiso compartido con los objetivos de salud de la comunidad.

Además, los profesionales sanitarios pueden colaborar con organizaciones y asociaciones que se dedican a la acción social. Por ejemplo, pueden trabajar con organizaciones que brindan apoyo a colectivos vulnerables o participar en jornadas de cooperación y acción social sanitaria.

La colaboración de los profesionales sanitarios en la acción social también puede implicar la participación en programas de educación y formación, tanto para mejorar sus propias habilidades como para educar a la comunidad sobre temas de salud. Además, pueden participar en la investigación y la divulgación científica, contribuyendo a la base de conocimientos sobre salud y bienestar y ayudando a informar las políticas y prácticas de salud.

En resumen, la colaboración de los profesionales sanitarios en la acción social y cooperación es una práctica valiosa que puede mejorar la salud y el bienestar de la comunidad, y requiere una comunicación y coordinación efectivas, un compromiso compartido con los objetivos de salud de la comunidad, y la capacidad de trabajar con una variedad de actores y organizaciones.